Generalmente, cuando se habla de cómo dirigir un restaurante, se suele hacer referencia a grandes empresas. Sin embargo, al hablar de actividades a pequeña escala, tanto los espacios, como el personal, y los recursos son limitados. Y esto cambia de manera considerable el modo de hacer las cosas. En este caso, queremos ofrecerte tres consejos básicos que te ayudarán a la hora de dirigir una actividad de hostelería y que casi siempre coinciden con las que generan conflictos entre los profesionales que regentan negocios pequeños.
La organización como clave fundamental al analizar cómo dirigir un restaurante pequeño
Ser pequeño no implica que no exista un estricto orden en las prioridades y en la organización de tareas. Restarle importancia a algunas de las que no son el núcleo del negocio, pero requieren tiempo, puede hacer que se genere una situación poco apropiada para cumplir con los estándares de calidad deseados en la atención al cliente. Por ello, la persona encargada de la dirección debe hacer un listado de todas las necesarias para el día a día, asignando tiempos y un responsable de las mismas.
Precisamente en la asignación de responsables de dichas tareas es dónde se encuentra la mayor parte de los errores que cometen los gestores al preguntarse cómo dirigir un restaurante pequeño. Delegar en las personas más adecuadas por sus actitudes y habilidades es la clave de conseguir una buena consecución del trabajo.
Al tratarse de una actividad de dimensiones reducidas, generalmente el equipo de trabajo está formado por menos de diez personas, con lo que las relaciones laborales suelen ser mucho más cercanas. Esto genera ventajas y desventajas, con lo que el gerente debe saber cómo aprovechar las primeras y buscar soluciones a las segundas. Generalmente, las últimas las provocan los roces por pasar todas las jornadas con las mismas personas. Es fundamental que se ofrezca un trato directo para que todos los empleados se sientan cómodos al comunicar malestares y problemas con el fin de resolverlos lo antes posible.
Espacios óptimos para el trabajo del día a día: una tarea pendiente
Si bien una organización de tareas completa, la asignación de mandos intermedios y responsables de las mismas, y la buena gestión de los conflictos en las relaciones laborales pueden resumirse como las claves sobre cómo dirigir un restaurante de la mejor forma, existe otra cuestión vinculante en todo ello. Si el espacio de trabajo en la cocina o en sala no resulta funcional, será complejo alcanzar el resultado satisfactorio que se pretende.
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