Cuando se piensa en hacer una inversión en un local de hostelería, una de las claves de la misma es el precio de una cocina industrial. De hecho, la estancia de trabajo en la que se desarrollarán toda la labor de elaboración y preparación de los platos es una de las cuestiones más importantes en el presupuesto. A diferencia de la sala, en la que la estética tiene un papel fundamental para conectar con el público, aquí primará la funcionalidad y la comodidad en el día a día de los trabajadores.
Son unas cuantas las variables en las que no se debería anteponer el precio de una cocina industrial, y otras tantas aquellas en las que se puede intentar ajustar un presupuesto más modesto. Teniéndose claras, es probable que consigas toda la maquinaria necesaria para poner en marcha tu negocio asegurando que estás haciendo la inversión más adecuada.
Dónde no deberías escatimar recursos en el precio de una cocina industrial
El diseño de la cocina, así como de los espacios de trabajo y destinados a los clientes es fundamental. Apostar por un profesional con grandes dotes en la distribución del espacio, que conozca todas las posibilidades que se ofrecen para aprovecharlos es clave, no solo en locales de dimensiones reducidas, sino también en aquellos en los que se pretende ofrecer un espacio de experiencia gastronómica.
Tampoco deberías reducir el presupuesto en las instalaciones de la cocina, que además deben seguir un estricto conjunto de normativas para que sean viables y puedan obtener las licencias oportunas. Al mismo tiempo, es poco recomendable intentar escatimar recursos en los elementos de contenido, los que tienen que ver con los materiales con los que se va a adecuar el local. Son una inversión que no cambiarás en un plazo medio y su durabilidad y funcionalidad marcará en gran medida el funcionamiento del negocio.
Otras cuestiones en las que puedes ajustar el precio de una cocina industrial
Aunque inicialmente no todo el mundo se lo plantea, es posible conseguir un precio de cocina industrial mucho más ajustado si se opta por maquinaria de segunda mano. Con el proveedor adecuado se pueden encontrar elementos de primeras marcas y con garantías, lo que permite conseguir las preparaciones óptimas sin renunciar a la calidad.
Otra de las cuestiones es elegir también mobiliario, tanto de la zona de cocina como de los espacios de sala, de segunda mano. También se consigue un ahorro importante de costes asegurando que se cumple la normativa y se ofrece al cliente un espacio adecuado mientras se garantiza la durabilidad del mismo.
Por último, las cuestiones puramente estéticas, aunque probablemente sean relevantes, sí se pueden dejar en un segundo plano cuando se pretende obtener una reducción del precio de una cocina industrial. En ellas no se está poniendo en juego la viabilidad de apertura del negocio, ni la funcionalidad del mismo en el día a día laboral.
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